Las aplicaciones de clasificación de cosméticos despiertan cada vez más interés entre los consumidores preocupados por la composición y elimpacto de sus productos de belleza. Entre las más populares, Yuka e INCI Beauty destacan por sus sistemas de calificación basados en el análisis de ingredientes. Sin embargo, detrás de las pastillas de colores se esconden métodos de evaluación a veces complejos, que plantean dudas sobre la fiabilidad y pertinencia de los resultados. Veamos más de cerca estas aplicaciones y sus enfoques divergentes.

Las aplicaciones de clasificación de cosméticos tienen cada una sus propios métodos de evaluación.

• En la aplicación Yuka: el color de la pegatina corresponde a 4 categorías de riesgo: sin riesgo (verde), riesgo bajo (amarillo), riesgo moderado (naranja), en riesgo (rojo).
  El análisis de riesgos se basa en los dictámenes de organismos oficiales, estudios científicos independientes y bases de datos de libre acceso. 
• En la aplicación INCI Beauty: el color corresponde a varios parámetros: ingrediente sin riesgo (verde), ingrediente regulado / bastante irritante / alergénico (amarillo), ingrediente derivado de la petroquímica, la química pesada y/o que no merece una etiqueta roja (naranja), ingrediente controvertido o potencialmente arriesgado (rojo).
  Los productos que contienen nanomateriales mencionados en el etiquetado están sujetos a una sanción adicional.

Por lo tanto, estos análisis se basan en análisis de riesgos cuyas fuentes no suelen estar disponibles. Cabe señalar que todos los protectores solares (orgánicos y minerales) están regulados y han sido estudiados por comités científicos europeos. En consecuencia, la seguridad de su uso y sus beneficios protectores contra las lesiones cutáneas son objeto de una gestión y un seguimiento minuciosos por parte de las autoridades europeas. Sin embargo, actualmente no se tiene en cuenta el riesgo medioambiental.

Aunque estas aplicaciones permiten evaluar rápidamente los productos cosméticos, es importante señalar que las fuentes y los criterios utilizados no siempre son transparentes. Por ejemplo, los protectores solares, que están ampliamente regulados y estudiados, pueden evaluarse incorrectamente en determinadas circunstancias, sin tener en cuenta su seguridad y eficacia según lo establecido por los comités científicos europeos.

Aunque las aplicaciones de clasificación de cosméticos ofrecen a los consumidores una mayor visibilidad sobre la composición de los productos, es esencial tener en cuenta las limitaciones de sus métodos de evaluación. Al basarse en criterios a veces complejos y en fuentes no siempre accesibles, estas aplicaciones pueden a veces suscitar dudas sobre su fiabilidad. Por tanto, es crucial adoptar un enfoque informado y crítico a la hora de utilizar estas herramientas, teniendo en cuenta la normativa vigente y los conocimientos científicos establecidos.